El pretexto de este post, es un artículo leído en el blog de @lasblogenpunto
Aparece un vídeo en el escrito, del realizador Tom Jenkins ...
"... que nos sumerge en el mundo de las emociones virtuales,
de los deseos más íntimos que tratan de encontrar
refugio y salida a través de la tecnología".
.....
Si te gusta el vídeo, perfecto.
Quizá te hace pensar y no necesitas la lectura.
De ésta puedes indicar si es
'interesante, aburrida, larga, muy lograda'.
Y otras opciones, por supuesto º_~
Si te gusta el vídeo, perfecto.
Quizá te hace pensar y no necesitas la lectura.
De ésta puedes indicar si es
'interesante, aburrida, larga, muy lograda'.
Y otras opciones, por supuesto º_~
¿Qué hacemos por aquí?
(...)
¿Porqué digo ésto? Porque el post que tienen arriba, parece equiparar el error que cometí cuando era un infante, a éste de surfear intensamente en la red.
La 'versión adulta y madura del comportamiento que tuve de niño, de mi impresión y mi lanzamiento del objeto al suelo, podría ser, pasarse cinco horas -yo sí lo he hecho- delante de la pantalla construyendo mundos interiores, mundos ilusorios, paisajes emocionales, llamémosle así.
¿Es eso cierto? ¿Se equiparan? No creo que sea central pero ¿Son falsos esos mundos interiores o paisajes ilusorios?
Yo no iría tan lejos afirmándolo, porque ¿Qué es falso y qué es ilusorio?
¿Acaso cuando hemos visto una fotografia en un medio, de una persona, no hemos decidido formarnos una opinión de ella? ¿Es incorrecta o desacertada esa actitud?
¿Acaso no sabemos que, entre una persona y la otra hay una cortina, como un hueco que decidimos llenarlo nosotros?
Nuestras opiniones se leen así: "a no ser que se demuestre lo contrario", como se dice en derecho.
Es decir, nos formamos una idea, sabiendo que se puede contradecir, pero tenemos que atenernos a algo.
Nuestra estructura busca seguridades por eso dotamos a las apariencias, cuando nos parecen suficientes, de verdad, aunque no sean un dogma para nosotros, sino algo 'abierto'.
Engañoso. |
La apariencia se va dotando de sentido en la medida en que nuestra experiencia nos enseña a leer lo que vemos, es decir, en la medida en que nos enseña a fabricar un discurso y ese discurso queda corroborado por una realidad 'a posteriori'.
Quiero decir que por supuesto que una persona da valor a una apariencia dotándola de expectativas. Y esa persona lo sabe.
Acertar o no puede depender de la suerte, pero depende MAS de la perspicacia, de la madurez, de la experiencia, de su estructura emocional... y casi siempre, hay un componente tan elevado de elección propia que lo hace un acto voluntario.
Somos responsables y creemos, porque damos valor a nuestra forma de percibir, con las herramientas que nuestras vivencias han ido construyendo.
No creo que tengamos que infravalorar los documentos audiovisuales, como los que arroja internet:
vídeos, fotografías, grabaciones, creaciones literarias...
Reproduccines de todo tipo que son fruto del universo intelectual y emocional de la persona, más o menos espontáneo y sincero, lo cual tambien es valorable, pueden ir conformando perfectamente su realidad. O pueden aproximarnos a su realidad y acercarnos al universo de esa persona.
Usé el término 'acercar'.
Ahora permíteme que lo use en su sentido primigenio: aproximación física.
Y lo hago para llamar la atención sobre el hecho de que cuando conocemos a alguien 'in situ' también usamos nuestra percepción que está condicionada por nuestras perspicacia, madurez, experiencia, vivencias, estructura emocional ...
Muchas veces decidimos ir hacia adelante en una relación basada en el conocimiento del tú a tú, físico (y esto trae aún más problemática para los expertos en escribir, filósofos, 'reflexólogos' ... maestros en rizar el rizo) y las equivocaciones son frecuentes.
Si vamos más allá y hablamos de relaciones que se institucionalizan, las cifras de fracaso o de error, son apabullantes y tristísimas.
En la calle, nuestra experiencia acumulada, juega igualmente con el azar. |
Yo no estoy tan seguro de que sea acertado.
Porque el post de Boronat, o de @lasblogenpunto, es un molde, un lugar a tener en cuenta del que se parte para comprender. Es la idea que hay que ver despacio, pero como algo introductorio.
Una columna más de un edificio para hacer una valoración, en mi opinión.
Insisto mostrando un botón de muestra: ¿no les ha pasado que han hablado con Menganito o Zutanita y les ha dicho posteriormente una tercera persona:
"Qué poco demuestras que conoces a la gente al opinar de él de ese modo" o .. "esa conclusión de él que expresas es radicalmente falsa como te demuestro...". Etc, etc.
Y lo mismo al presentársenos personas por cualquier canal: TV, periódicos, opiniones de otros, tertulias, etc.
El artículo de Boronat incide en lo que no es internet. Incide en la traición a las expectativas que se originan en algunos al relacionarse en la red teniendo la pantalla como reflejo único de esa persona. Eso está bien.
Su post es necesario absolutamente en la bibliografía, si se me permite la pedantería. Y tiene mucha calidad; más bien, me parece exquisito. También, mencionando algún detalle, selecciona siempre con mucho cuidado y tino, los vídeos porque los pone a la altura de su calidad escribiendo.
El emparejamiento es bueno, a mi parecer.
Pero su post no es 'el Edificio' para aprehender las relaciones por internet, sino una columna de ese edificio.
Os animo a seguir construyendo las vuestras, a través de los minutos o las horas -al gusto, como siempre- delante de la pantalla, la única manera en que pueda ir formándose un poso -sedimento- en el fondo de vuestro entendimiento, única manera de conformar la experiencia y las decisiones: vuestras decisiones: a través de la prueba y el error ...¿? ...
A propósito ... ¿no es esto precisamente lo que pasa en la vida misma?
Tengo la opinión dividida. Por una parte, estoy de acuerdo contigo en que las relaciones por Internet pueden ser tan válidas y estrechas como las relaciones cara a cara. Lo digo por experiencia propia. Llevo ya 15 años viviendo en un país que no es el mío y podría decir que el 50% de mis relaciones con familiares y amigos es a través de la red. Por otra parte, también es posible que la imagen que te has formado de una persona a la que primero conociste por Internet o email puede cambiar radicalmente durante el primer encuentro en persona.
ResponderEliminarYo, la verdad, no le doy muchas vueltas a todo esto. Disfruto de las relaciones con otras personas a distintos niveles y por distintos medios. Y si por alguna razón dejan de funcionar, ¿qué le vas a hacer? Como tú dices, así es la vida.
Puede ser esto una herramienta más que te ayude si la usas bien. Sin concederle el poder de la magia ni ser tan desconfiado, simplemente, ser como en la vida misma, abiertos en cierto modo... y cada uno a su estilo.
ResponderEliminar¿Le he dado vueltas y se nota en el post? Ahora que lo dices, sí. Tendría una persona en la cabeza. Abrazo y gracias :)